Las rubias de la 5th Avenue

Durante mis vacaciones me llevé varios libros para leer y uno de ellos lo disfruté muchísimo, se llama Las Rubias de la 5th Avenue de la escritora Plum Sykes.

Se trata de una chica que se llama a si misma Moi, pronúnciese Mua y que está viviendo en el centro de la alta sociedad neoyorquina. Es preciosa, glamorosa, de cabello largo y rubio, piel perfecta y una vida increiblemente fantástica. Una especie de Paris Hilton, dónde los grandes diseñadores le regalan ropa para lucirla, se gasta 450 dólares en hacerse mechas rubias cada 13 días, porque tiene que tener el tono de rubio justo ya que para ellas el cabello no puede ser amarillo, sino muy blanco como el que tenía Carolyn Kennedy.

Tanto ella como sus amigas están dedicadas a su imagen, a ir a desfiles de moda y últimas tendencias, ya que es terrible presentarse en una de las selectivas fiestas con un modelo de la temporada pasada.

Es un mundo para mí totalmente ajeno, pero que me divierte mucho leerlo y la escritora Plum Sykes lo retrata con muchísima frescura y descaro.

Un mundo que ella conoce muy bien desde adentro ya que es escritora de la revista Vogue y desde hace tiempo se dedica a escribir sobre moda, alta sociedad y todo el mundillo de Hollywood. Es una sátira divertidísima sobre las pobres niñas ricas que lo único que buscan en la vida es amor, siempre y cuando venga con una tarjeta plátino de Donald Trump que les permita continuar con su estilo de vida.

Les dejo algunos de los rasgos característicos que debe tener una Rubia de la 5th Avenida:

1) Preocupación constante por el bienestar ajeno. Me explico, si una amiga multimillonaria me ofrece volar de Nueva York a París en su JP (abreviatura neoyorquina de jet privado) estoy moralmente obligada a aceptar.

2) Tolerancia. Si una chica lleva los zapatos de Manolo Blahnik de la temporada anterior, no la borro de mi lista de amigas de inmediato. Quiera decir que nunca sabes si detrás de esos zapatos pasados de moda se esconde una persona super mega guay.

3) Sentido común. Eso si que lo domino. Hay que tenerlo cuando el día se convierte en un desperdicio total de maquillaje.

4) Ser Licenciada en Literatura Inglesa. Todos creen que resulta imposible que una chica obsesionada con los tejanos Chloé como yo haya estudiado en Princenton. Gracias a esa carrera profesional y que consiste en escribir artículos para una revista de moda me puedo permitir comprar los tejanos de 325 dólares. He probado todos los demás tejanos, Rogan, Seven, Earl Juicy, pero siempre acabo volviendo a los clásicos Chloé. Simplemente le hacen algo a tu culo que los demás no lo consiguen.

5) Sentido del ahorro. No se lo digais a nadie por favor, sabéis lo celosas que se ponen algunas chicas pero casi nunca pago por una prenda de ropa. Los diseñadores neoyorquinos adoran regalar ropa. También casi nunca pago el alquiler del apartamento de Perry Street donde vivo. Ya que al parecer el casero prefiere que le pague de otros modos, si lo invito a casa a tomar un espresso me reduce el alquiler alrededor del ciento por ciento. ¿Por qué malgastar el dinero en un absurdo alquiler cuando puede ser maravillosamente invertido en unos tejanos Chloé?

6) Buenas opiniones. La verdad les digo, es que un orgasmo es la respuesta a casi todos los problemas de la vida. Creo sinceramente que si todo el mundo disfrutara de un orgasmo de forma regular se acabaría el conflicto palestino.