El trauma del pelo

Que si lo tienes enrulado (como en mi caso) lo quieres super lacio que si lo tienes super lacio lo quieres con rulos. Creo que no he conocido a ninguna chica que esté contenta con su pelo y yo no soy la excepción. Tengo mucho pelo y con ondas y los días de humedad lo tengo que llevar con una colita porque se me eriza todo y me queda como melena de león. Por ejemplo, rebajados no puedo usar porque quedo como el último mohicano. Así que lo tengo que usar entero y con un mini rebajado en los costados y darle que darle a mi querida planchita.

Mi vida tuvo un antes y un después de la planchita. Antes me acuerdo que vivía todo el tiempo con media cola y dándole y dándole al secador, dejármelo suelto imposible. La planchita, ha sido el mejor invento de todos los tiempos. Estuve buscando en San Google quién lo realizó pero lamentablemte no pude encontrarlo, así que a ese Sr. ó Sra. Planchita le estaré agradecida toda mi vida.

Aún recuerdo el día que me compré mi primer planchita como a los 18 años, fue una de las mayores alegrías en mi vida. La usaba compulsivamente de mañana, de tarde y de noche y me sentía una reina con mi pelo perfectamente lacio. En ese momento era una adicta a la plancha como en el aviso de Biokur, aquel que una chica entraba a su sesión de grupos anónimo sadictos a la plancha y que decía que no podía dejar de plancharse el pelo.

Ahora tengo una super planchita que me compré en Brasil que se puede usar con el pelo húmedo. Así que después de darme un duchazo no necesito secarme el pelo con secador sino que me lo seco un poco con la toalla y ya puedo usar la plancha en baja intensidad. Por supuesto que me hago baños de crema seguidos porque el pelo se reseca mucho, pero es el precio a pagar si uno quiere tener el pelo más o menos sano y prolijo.